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Ni uno, ni otro: híbrido. Siendo los extremos no muy recomendables (sea para lo que sea), el mundo del trabajo reconoce que la exclusiva presencialidad y lo puro remoto no es el camino para la efectividad. Luego de una pandemia inesperada, las empresas adaptan sus formatos y, tras un tiempo de ensayos y errores, eligen los espacios de trabajo híbridos que responden a sus necesidades. Esta modalidad que combina el trabajo virtual y el presencial comienza a ganar terreno. Los números hablan por sí solo y tanto las compañías como sus equipos lo manifiestan. Según un estudio denominado “El Impacto de lo Híbrido”, desarrollado conjuntamente por ManpowerGroup, LLYC zityhub y The Move, el 89% de las personas espera que sus trabajos sean parcialmente remotos después de la pandemia (que ya parece haber quedado atrás). Por otro lado, el índice de tendencias laborales de Microsoft de 2021 afirmó que el 73% de los trabajadores expresa el deseo de tener opciones remotas flexibles y un 67% busca más colaboración presencial después del Coronavirus. Además, un sondeo de la consultora PwC de ese mismo año manifestó que el el 87% de las empresas ya está implementando modelos híbridos para sus colaboradores. De esta manera es que las empresas incorporan nuevas maneras de trabajar de forma flexible, inclusiva y con la facilidad de uso en experiencias remotas y presenciales a través de distintas plataformas o tecnologías que garantizan esta posibilidad. Una de ellas es Microsoft Teams Rooms que, más allá de sus dispositivos, permite seguir la estrategia de trabajo híbrido en función de los resultados empresariales que se busca. Que gran parte del ecosistema quiera adaptarse a este nuevo formato no quiere decir que sea una tarea sencilla. La decisión y el convencimiento de convertirse en híbrido no alcanza. Es necesario analizar, aprender, adquirir y ensayar todo lo que incluye esta elección. Sin una base sólida de conocimientos, la innovación no llega. ¿En qué se basan estos conocimientos? En primer lugar, en reconocer qué es lo que la empresa precisa efectivamente en sus espacios. Ya sea porque necesita incorporar tecnología que reúna a sus equipos donde quieran que estén, entregar soluciones flexibles a llamadas individuales o mejorar el ambiente de Audio Video para sus conferencias, las empresas deben saber para qué incorporar lo que incorporan. No se puede cambiar lo que no se conoce, por ende, será fundamental para las marcas saber cuáles son sus necesidades. Por eso, para poder hacer una correcta evaluación, desde Microsoft comparten que existen tres dimensiones de colaboración que contienen preguntas claves para saber, primero, si deben adquirir o no tecnología y, luego, qué adquirir: El hallazgo del “qué necesito” no se da de manera aislada o en soledad. Existen empresas como Newtech que ayudan a las marcas a expresarse, conocer sus debilidades, encontrar soluciones en conjunto y, sobre todo, aprender a crear y fortalecer sus espacios híbridos. Sumado a esto, se incorpora la utilización (y el entendimiento) de plataformas holísticas que, por sus posibilidades y herramientas son un pilar fundamental para crear este formato. Un claro ejemplo son las Microsoft Teams Rooms, que facilitan la adopción de estas nuevas maneras de trabajar caracterizadas por la flexibilidad, la inclusividad y la facilidad de uso en experiencias remotas y presenciales. Sobre esta solución en particular, Manuel Viskovic, líder de servicios de Newtech comparte que lo más importante que deben saber los colaboradores es tener la capacidad de integrarse con el resto de las herramientas y todo el entorno de Microsoft Teams, “los cuales cuentan con todas las funcionalidades integradas para una comunicación fluida”. Así es como, con las necesidades descubiertas y la plataforma elegida, las empresas empiezan a adoptar, conocer e indagar más en las tecnologías (los dispositivos). El siguiente gran desafío será la adopción y el proceso de aprendizaje. Para crear un espacio de trabajo híbrido ideal es necesario que el usuario se sienta cómodo y, para eso, será importante entender cuáles son los usos reales de los espacios y la inducción de los usuarios finales a los sistemas: “Eso hace que la conexión se vuelva transparente y cotidiana. En ningún espacio debería faltar la capacidad de escuchar, verse y hacerse escuchar adecuadamente”, comparte Viskovic. Así es como la educación es el siguiente (gran) paso para fortalecer el formato. “Como todo lo nuevo o diferente que se implemente se requiere una etapa de aprendizaje, entrenamiento y capacitación para poder sacarse ese temor a lo desconocido. El hecho de implementar algo no garantiza la adopción adecuada o correcta. Si sólo dejamos instalados dispositivos sin el adecuado entrenamiento sobre su buena utilización no estaremos logrando el objetivo por el cual se instalaron inicialmente”, explica Gabriel Gordon, Digital Workplace Lead de Newtech. Estos conocimientos son llevados a la práctica con la adopción final de estas tecnologías y servicios que se amoldan a las necesidades específicas. Esto es un gran desafío para -sobre todo- las empresas que solo suman tecnología sin asesoramiento y con desconocimiento. “Usualmente las mayores dificultades radican en el origen de los procesos de adopción o migración. Es fundamental entender que necesitan los usuarios finales y tomar las decisiones de tecnología en función de eso, de manera que con planificación y asesoramiento se llega la mejor implementación para el cliente”. explica el líder de servicios. Aquí es donde aparece el rol de los Integradores de Tecnología que se encargan justamente de eso: conocer la debilidad, dar una solución que se amolde a ella y ayudar a instalarla. En el caso de Newtech, por ejemplo, trabaja desde el punto de vista de la adopción y los casos de uso del cliente, de manera que las soluciones sean lo más ajustadas posibles. Por eso, propuestas como los workshops de adopción y el trabajo de diseño en la etapa de preventa, son la contribución fundamental para poder generar espacios acertados. Luego de encontrarse la necesidad y hallar su mejor solución, sumado a la aplicación de herramientas como Microsoft Teams Rooms que aporta inclusión, flexibilidad, seguridad y fácil utilidad, es momento de aplicar los dispositivos tecnológicos adecuados. Su calidad y conocimiento en su uso será fundamental para una mejor experiencia. “La calidad de los productos es fundamental para su durabilidad, pero debe estar acompañado con el criterio adecuado para que sea funcional y con el menor costo posible. Para un sistema bien desplegado y con una correcta puesta en marcha, el conocimiento del uso de un equipo puede ser mínima para el cliente. Es importante generar contratos de servicio y mantenimiento que permitan a los usuarios desentenderse de estos temas, para enfocarse solamente en el aprovechamiento de la herramienta”, comenta Viskovic. Ya sean para salas de reuniones, capacitaciones o espacios flex, los componentes de Microsoft Teams Rooms se convierten vitales para lograr los objetivos. Entre ellos se pueden encontrar las consolas de pantallas táctil o las pantallas de inicio Surface Hub 2S, que permiten que las personas se unan con un solo toque; la pantalla de la Sala de Microsoft Teams que muestra la vista comunitaria de las transmisiones de vídeo (mientras que Surface Hub 2S muestra el contenido o las pizarras digitales); y, por último, la ejecución del audio que es garantizado por los altavoces inteligentes. Cada empresa adoptará la tecnología adecuada por sus necesidades. Ni más, ni menos. Por eso, cada caso, representa una individualidad que aplicará lo adecuado para garantizar el espacio de trabajo híbrido que garantice la efectividad y, sobre todo, el entusiasmo de los que son parte. Así es como cada vez más compañías dicen presente al futuro que ya llegó. Con la pandemia atrás, las empresas adaptan sus espacios y formatos para alcanzar una mejor productividad. Qué tecnologías optan para estar presentes fuera y dentro de la oficina y por qué es importante conocerla bien (y no solo adquirirla).
La verdad detrás de lo híbrido
La educación, clave
Dispositivos y adopción
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